La pandemia, tras el desconcierto e incertidumbre inicial, obligó a los productores de contenido a usar toda su creatividad para mantenerse en carrera y ofrecer a las distintas audiencias alternativas de entretenimiento e información.
Fue allí cuando irrumpió con fuerza los flujos de trabajo remotos que en 2020 iniciaron con bastante premura y en muchos casos sin las herramientas adecuadas. En este 2021 esos procesos se consolidaron y en muchos casos de «profesionalizaron» de alguna manera. Las Olimpiadas de Tokio fueron un claro ejemplo de la consolidación de esta tendencia
Cada empresa viene operando bajo esquemas cada vez más robustos y eficientes que permiten aminorar la incertidumbre ante nuevos brotes o situaciones inesperadas.